A la hora de comprar un televisor debemos fijarnos en muchas de sus características, entre ellas, el tipo de pantalla, existiendo en la actualidad dos tipos principales de ellas: las planas y las curvas. Estas últimas resultan más novedosas que las pantallas planas, pero en realidad, cada una tiene ventajas y desventajas que debemos tomar en cuenta antes de adquirir uno de estos dispositivos.
Colgado en pared
En primer lugar, recuerda que los televisores curvos están pensados para ser utilizados con una mesa para tv, ya que el resultado de colocar un panel curvo en una pared implica que ocupe un espacio mayor del que ocuparía una televisión plana.
Inmersión
Las pantallas curvas se utilizan mucho en el cine o en monitores especializados para videojuegos, con el fin de crear una mayor inmersión. Sin embargo, la relación tamaño-distancia de las televisiones impide que esa inmersión sea tan grande.
Una TV curvada ofrece una vista increíble cuando estamos sentados frente a ella, pero la experiencia resulta mucho menos fabulosa para las personas en diferentes ángulos de visión, dificultando ver un partido con amigos u organizar una maratón de cine.
Ángulo de visión
Debido a ello, se recomienda ver las pantallas curvas lo más de frente posible: mientras que las pantallas de cine son tan grandes como para cubrir a todos los espectadores, y los monitores suelen ser usados siempre de frente, una TV se presta más a que haya espectadores desde varios ángulos.
En ese sentido, con las televisiones curvas se recomienda normalmente no situarse a más de 35º de la misma, ya que más allá de ese ángulo la imagen se verá ligeramente distorsionada, y el cerebro intentará corregir la distorsión, causando dolor cabeza u ojos.
Reflejos
Debido a su curvatura, los reflejos en este tipo de televisiones se estiran, y ocupan una mayor superficie que en una pantalla plana. De cualquier forma, hay que evitar siempre que las fuentes de luz artificial o ventanas queden de frente a la pantalla.
Finalmente, entre las características adicionales que debemos tomar en cuenta destaca el hecho de que las pantallas curvadas enfocan la luz procedente de la pantalla de forma más directa a los ojos, consiguiendo así un contraste mayor. Asimismo, existe una mejor sensación de profundidad en tamaños de pantalla superiores a las 60 pulgadas.